El hombre al que no se le encendía la luz – Parte 1

Tras una lesión cerebral es frecuente observar una alteración de las funciones ejecutivas. Como comentamos en un post anterior las funciones ejecutivas son las capacidades cogtnitivas que nos permiten formular planes, ejecutarlos y anticipar las consecuencias posibles de nuestros actos, así como realizar los ajustes necesarios para la consecución de nuestro objetivo en función de los «imprevistos» que nos surjan. Una disfunción ejecutiva hace que el afectado actúe de manera impulsiva y poco reflexiva, sin medir las consecuencias de sus actos. Presente dificultades para adecuarse a las demandas de la tarea y para generar alternativas dirigidas a la resolución de problemas. Por ello, la disfunción ejecutiva es uno de los principales indicadores de nivel de funcionalidad así como de reinserción laboral tras un Traumatismo craneoencefálico o un accidente cerebro-vascular.

Aquí os dejamos un caso clínico que describe un síndrome disejecutivo. Este caso fue escrito por el Equipo de NeuroRehabilitación de Hospitales VITHAS como colaboración en el libro “Neuropiscología de la corteza prefrontal y las funciones ejecutivas”, de Editorial: Viguera.

ANAMNESIS

S.H. es un hombre de 45 años de edad, sano, sin antecedentes personales de interés, casado y con dos hijos. S.H. había cursado estudios superiores lo que le permitía ejercer su profesión de ingeniero industrial como comercial de productos electrónicos. Aproximadamente dos meses antes de su ingreso en nuestro hospital, S.H. sufrió un accidente de tráfico que le provocó un traumatismo craneoencefálico grave, tal y como quedó reflejado en la Escala de Coma Glasgow, con una puntuación inicial de 3/15, y en el mes y medio en el que estuvo en coma. Las pruebas de imagen que se le realizarón en los días posteriores al accidente mostraron la existencia de signos compatibles con una lesión axonal difusa y focos contusivos bifrontales de predominio derecho en la tomografía computerizada. Una resonancia magnética de control mostró hallazgos similares, pero con predominio de focos hemorrágicos puntiformes subcorticales y focos contusivos frontales.

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA

Cuando S.H. ingresó en nuestro hospital se encontraba en pleno período de amnesia postruamática (APT) y presentaba múltiples deficiencias cognitvas, psicopatológicas y funcionales. Sus limitaciones motoras eran menores y se limitaban a una modera lentitud psicomotora y leves dificultades de coordinación. Una vez que se consiguió que S.H. saliera de la amnesia postrumática, se realizó una extensa valoración multidisciplinar que evidenció desde una perspectiva neuropsicológica deficiencias en diversas áreas cognitivas – atención, memoria y funcionamiento ejecutivo (atención sistenida, inhibición de interferencias, planificación, supervisión y control de conductas, flexibilidad mental) – acompañadas de alteraciones de la personalidad (irritabilidad, desinhibición y apatía) y una escasa conciencia de enfermedad que se limitaba a percibir tan sólo los leves problemas físicos que presentaba. Funcionalmente, S.H. necesitaba supervisión en todas las actividades básicas de la vida diaria, aún sin él reconocerlo.

La mujer de S.H. hacia una descripción natural propia de un tratado de neuropsicología del «síndrome disejecutivo» de su marido. Ella misma contaba que su marido era una persona diferente, ya que el paciente era capaz de acordarse y explicar las labores más complejas de su trabajo, pero incapaz de seguir los pasos más simples para asearse por las mañanas (desorganización). Su esposa observaba que no era capaz de mantener la atención y con frecuencia abandonaba las tareas (impersistencia); sus hijos de 9 y 6 años lo agotaban (disminución del rendimiento) y lo ponían nervioso; en las visitas de familiares y amigos se mostraba inquieto y transcurridos unos minutos los despachaba de la habitación (desinhibición). La relación familiar de S.H. era cada vez más tensa. La tensión se incrementaba además por la sobrecarga que empezaba a hacerse evidente en su mujer tras meses de dedicación exclusiva. Generalmente S.H. mostraba una actitud apática e indiferente con su mujer, pero rápidamente se tornaba irascible cuando ella le solicitaba más iniciativa. Fracasaba en la ejecución de la tarea (conducta erática, rígida y perseverante) y era incapaz de rectificar (escasa corrección de errores). Con frecuencia su mujer explicaba: «Mi marido se acuerda y sabe cómo hacer las cosas, pero es como si a mi marido no se le encendiera la luz» (en valenciano «és com si al meu marit no se li encengués la llum»).

Objetivos

Como metas generales que se habían de conseguir a largo plazo en la carrera de la recuperación nos marcamos mejorar su autonomía personal y social, entrenar las habilidades sociales para fomentar las relaciones interpersonales y ayudar en su posterior integración sociolaboral. Como metas específicas en el funcionamiento ejecutivo trabajamos la memoria operativa, el mantenimiento de información, la ejecución dual, las tareas de inhibición e interferencia, las tareas de flexibilidad, la capacidad de abstracción y de razonamiento, la planificación, la ejecución y la resolución de problemas.

En este post explicamos introducimos la definición de una persona con «síndrome disejecutivo» a través de una caso real. Aunque, en breve, en un siguiente post explicaremos cómo fue su rehabilitación y su evolución. Mientras, para cualquier consulta, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.

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