Problemática en la alimentación de pacientes neurológicos

 

El estado de salud de toda persona depende, en gran medida, del aporte de todos y cada uno de los nutrientes que el organismo necesita para construir y reparar los tejidos y regular los procesos metabólicos.

Las necesidades nutricionales de cada individuo varían a lo largo de la vida debido a cambios fisiológicos, psicosociales y patológicos y, a consecuencia de ello, la alimentación también debe adaptarse de manera individualizada.

Existe una compleja relación entre la nutrición y el Sistema Nervioso Central incidiendo en muchos aspectos, algunos de ellos son:

  • Percepción organoléptica y de placer
  • Regulación del apetito
  • Procesos mecánicos de masticación y deglución
  • Habilidad manual
  • Postura, equilibrio y coordinación
  • Regulación del bolo alimenticio

La alteración de la deglución o disfagia es una de las capacidades que más afecta al paciente neurológico para obtener un óptimo soporte nutricional. Por otro lado, el deterioro cognitivo, en algunos casos y los estados depresivos o de ansiedad pueden provocar inapetencia y rechazo de alimentos, llevando a la malnutrición del paciente.

Esta malnutrición favorece el empeoramiento de la patología o a la aparición de enfermedades asociadas, que a su vez repercuten negativamente sobre el estado nutricional y evolución de la enfermedad base.

Es fundamental que los pacientes con una enfermedad neurológica crónica adapten su alimentación acorde a las necesidades individuales, teniendo en cuenta sus hábitos alimentarios, su capacidad de autoalimentación e independencia para mantener un buen estado de salud y calidad de vida.

El daño cerebral adquirido repercute directamente (por la disfagia) e indirectamente (por la dependencia del paciente) en la alimentación de la persona que lo padece. Y el deterioro de la deglución es muy frecuente en este tipo de pacientes presentando la problemática de la disfagia.

Además, existe una incapacidad para la obtención y preparación de los alimentos y, en las primeras fases, imposibilidad de autoalimentarse con el siguiente resultado:

  • Déficits nutricionales por defecto (desnutrición energético-proteica)
  • Alteraciones nutricionales por exceso al disminuir el ejercicio físico (obesidad)

Como objetivos nutricionales a cumplir son

  • Mantener un buen estado nutricional
  • Mantener una hidratación correcta
  • Evitar la broncoaspiración en caso de disfaga
  • Disminuir el riesgo de aterosclerosis
  • Controlar los niveles séricos de lipoproteínas y colesterol
  • Adaptar progresivamente la dieta hasta conseguir normalizar las comidas (en pacientes con buena evolución)

En próximos posts os mostraremos planings de alimentación intersantes para diferentes tipos de pacientes con daño cerebral para que os sirvan de orientación. Mientras, para cualquier consulta, no dudes en contactar con cualquier de nuestros centros de daño cerebral.

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