Sexualidad tras el Ictus

Imagen para ilustrar el post de sexualidad e ictus

Hace unos meses, en nuestro post sobre “Sexualidad y Daño Cerebral Adquirido”, hablábamos de la necesidad de hablar, nombrar y empezar a tratar el tema de la sexualidad en el mundo del Daño Cerebral, ya que todavía es un tema demasiado tabú en nuestra sociedad, entre pacientes y familiares, e incluso entre los propios profesionales que nos dedicamos al trabajo de rehabilitación.

En este post hablaremos sobre la sexualidad en el ictus. En posteriores post, trataremos este mismo tema en los pacientes con TCE, o en los grandes dependientes, ya que todos los pacientes, sea cual sea su gravedad, necesitan sentir atendida su sexualidad.

Está harto documentado los beneficios del sexo para la salud física y emocional de la persona y físicamente demostrado que mejora el sistema inmunológico y reduce la tensión arterial (sobre todo la sistólica). De hecho reduce el riesgo de padecer un infarto de miocardio a la mitad. Además tiene efecto analgésico (reduce el dolor) y disminuye la intensidad de la cefalea en las personas con migraña. La sexualidad reduce el estrés y mejora la salud mental.

El miedo de sufrir un nuevo infarto cerebral durante la realización del acto sexual es infundado, no se ha demostrado, y no debe ser un impedimento ni una justificación para los pacientes y sus parejas. En cualquier caso los médicos pueden aconsejaros adecuadamente sobre los riesgos reales en cada paciente.

Emocionalmente, se ha comprobado que en ictus de gravedad moderada, aparece una disminución del deseo sexual, un cambio en la disposición y las actitudes hacia la conducta sexual, pérdida de la autoestima y la autovaloración como ser sexual, y como ser capaz de dar y recibir placer.

Yendo un poco más allá, conductualmente un ictus en el hemisferio derecho puede mostrarse perezoso con su higiene diaria, e incluso apático en todas las esferas de su vida. Esto puede ser difícil de gestionar para sus parejas. Un ictus en hemisferio izquierdo suele desarrollar labilidad emocional, con inestabilidad emocional, impaciencia e impulsividad, y, en algunos casos, infantilismo. En cuanto a la conducta sexual puede presentar dificultades por las alteraciones motoras, sobre todo.

Si la alteración cognitiva es severa, además tanto en los hemisferios derechos como en los izquierdos, aparecerá inquietud y/o agitación psicomotriz, lo cual puede ser la puerta de conductas de desinhibición, transgresión de límites corporales y establecimiento de vínculos inestables y figuras de apego. Es muy importante seguir las pautas de conducta marcadas por los terapeutas y neuropsicólogos, y por el resto de profesionales. Además, habrá que determinar unas normas claras al paciente, que tanto los familiares, la pareja y el resto de personas allegadas deberá de seguir. En estos casos, confiar plenamente en el equipo médico y en las pautas de conducta, es fundamental.

Las parejas deberán asesorarse por el equipo de profesionales también en cuanto al cambio de roles en la familia y en la pareja, y en cuanto a las nuevas normas y pautas conductuales a establecer.

Un estudio realizado en Montevideo (Uruguay), recientemente, determinaba un claro deterioro de la vida sexual de los pacientes tras el ictus. En un 94% de los pacientes, se resentía su vida sexual. Sólo un 6% la mantenía saludablemente. En el caso de los varones, las principales disfunciones observadas son el trastorno en la erección, y en la mujer, el trastorno en el deseo. A los seis meses del ictus, en ambos sexos, aparecía una disminución del deseo (en las mujeres mayor aún que en los seis meses anteriores). Así pues, más que por la propia discapacidad, se comprobó que el problema era puramente psicológico y conductual. De hecho, como ya hemos comentado, el cambio de vida y la imagen del propio cuerpo puede determinar una anestesia o indiferencia sexual.

Realizar un proceso de duelo adecuadamente tras el ictus, tanto el paciente como su pareja, y un asesoramiento adecuado profesional en cuanto a los síntomas conductuales y la disfunción sexual, puede hacer que el proceso, dramático de por sí, sea mucho más llevadero, y acabe con un final feliz y una vida sexual nuevamente saludable para el paciente y para su pareja.

Si necesitas conocer más sobre sexualidad y daño cerebral adquirido, no dudes en realizar tus consultas a los profesionales de nuestro Instituto de Rehabilitación Neurológica.

 

Fuente imagen: Freeimages

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