La labilidad emocional. Cambios de humor tras el daño cerebral

 

Las alteraciones conductuales que se pueden presentar tras una lesión cerebral, como hemos comentado en diferentes post tienen una gran importancia en la rehabilitación de los pacientes. Hemos hablado ya de la apatía; otra alteración de la conducta muy frecuente es la labilidad emocional.

A menudo al preguntar a los familiares sobre como encuentran al paciente a nivel de su conducta, si ha cambiado algo con respecto a cómo era antes del daño cerebral, suele hacerse referencia a la presencia más o menos acusada de cambios de humor. Estos cambios de humor unidos a otras manifestaciones son los que conforman la labilidad emocional.

Pero ¿realmente qué es esto de la labilidad emocional?, ¿qué queremos decir cuando decimos que un paciente está lábil?

La principal característica de la labilidad es la inestabilidad emocional

El paciente puede mostrarse irritable ante pequeñas cosas, con explosiones de ira, se puede enfadar por pequeños detalles sin mucha importancia; mostrar impaciencia, lo que quiere lo quiere ya, sin espera, puede demandar mucha atención; ser oposicionista, negándose a realizar las actividades que se le plantean, al menos en un primer momento, aunque luego ceda; presentar poca tolerancia a la frustración, enfadándose mucho cuando las cosas no le salen bien; con cambios repentinos de humor, pasando de la tristeza a la alegría por ejemplo muy rápidamente, con llantos o risas inapropiados y desproporcionados, y/o más sensible, capaz de llorar o emocionarse por cosas que antes no le hubieran preocupado de esa manera.

Todas estas manifestaciones denotan que existen dificultades para controlar las emociones y la conducta, y a esto es a lo que llamamos labilidad emocional.

Las dificultades para controlar las emociones pueden aparecer de diferentes formas

Pueden ser inadecuadas en su frecuencia y presentarse varias veces en un periodo muy breve de tiempo, por ejemplo varias veces una misma tarde. Pueden ser inadecuadas en la intensidad y mostrar una gran tristeza, alegría o enfado por un acontecimiento que en circunstancias normales habría pasado inadvertido. Y también pueden ser inadecuadas en la duración de la emoción de forma que pueden durar un periodo muy corto y pasar de una a otra rápidamente, en cuestión de segundos inclusos. Además también puede ocurrir que la emoción expresada pueda no estar en concordancia con el contexto en el que se manifiesta. Todo esto puede llegar a ser muy desconcertante para los familiares y acarrea mucho desgaste.

Manifestaciones clínicas de la labilidad emocional

La labilidad emocional es causa directa de la afectación producida por la lesión cerebral

La labilidad emocional, como cualquier otra de las manifestaciones que ocurren a nivel conductual o emocional tras el daño cerebral, puede ocurrir de forma bastante independiente a cómo estén las funciones cognitivas. Es cierto que en los pacientes con mayor afectación cognitiva es muy frecuente encontrar mayores dificultades para controlar estos aspectos; pero también hay pacientes que están bastante bien o incluso muy bien a nivel cognitivo y sin embargo tienen muchas dificultades igualmente para regular su conducta y sus emociones. Es aquí donde muchas veces resulta más difícil comprender el comportamiento de los pacientes, y donde conllevan muchas complicaciones asociadas. La incomprensión y falta de tratamiento de esos aspectos emocionales y conductuales tiene serias implicaciones en el día a día, afectando de pleno a la integración en la comunidad.

La labilidad emocional es causa directa de la afectación producida por la lesión cerebral, en concreto en el lóbulo frontal y sus conexiones, tan frecuentemente dañado en traumatismos craneoencefálicos y patología vascular cerebral. Son síntomas más del daño cerebral que el paciente no puede controlar voluntariamente y que le provocan malestar. Hay que devolver al paciente las herramientas perdidas y en una gran medida proporcionar a los familiares las técnicas adecuadas para solventar los conflictos. Dependiendo del nivel cognitivo las pautas de intervención estarán más dirigidas a los familiares o a los propios pacientes.

Saber identificar correctamente estas manifestaciones y no confundirlos con cuadros depresivos, no culpabilizar, ni pensar que al paciente ya no le importamos y por eso se comporta de esta manera, es clave para poder actuar. Al igual que reconocer cuando se pueden producir, por ejemplo el cansancio o la sobreestimulación, al igual que los ambientes ruidosos, pueden acrecentar esta sintomatología y desencadenar algún episodio de este tipo.

Dibujo de la guía para familiares del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Hospitales VITHAS que explica la labilidad emocional

Si necesitas más información sobre la labilidad emocional, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.

Referencias

– Daño cerebral adquirido. Guía práctica para familiares. Hospitales VITHAS

https://irenea.es/servicio-de-neurorehabilitacion/guia-para-familiares/

– Alteraciones de la conducta y Daño Cerebral Adquirido (II). La apatía

http://fedace.org/alteraciones-de-la-conducta-y-dano-cerebral-adquirido-ii-la-apatia/

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