La toxina botulínica en niños con parálisis cerebral y otras lesiones neurológicas

En un post anterior ya comentamos la composición, el mecanismo de acción y los efectos de la toxina botulínica (TB) en general en pacientes con daño cerebral. En esta ocasión queremos especificar algunos aspectos de dicho tratamiento en niños con lesiones neurológicas. Aunque el abordaje de la espasticidad en adultos y niños comparte ciertas características, existen diferencias notables que es importante tener en cuenta. Como bien sabemos en el Instituto de Rehabilitación Neurológica Pediátrico, “los niños no son adultos en pequeñito”.

OBJETIVOS DE LA TOXINA BOTULÍNICA

Desde los años noventa se está utilizando la toxina botulínica para el tratamiento de la espasticidad focal asociada a la parálisis cerebral, convirtiéndose en la actualidad en el fármaco de elección de las contracturas dinámicas.

Los objetivos que buscamos al infiltrar los músculos espásticos varían según las circunstancias globales del niño.

  • Cuando abordamos los miembros inferiores, habitualmente nos proponemos:
    • En niños que caminan: conseguir un patrón de marcha más funcional (menos costoso, menos dolor, más velocidad, pasos más fisiológicos…)
    • En niños no deambulantes: mejorar la postura, facilitar la higiene, prevenir la subluxación/luxación de cadera.
  • La infiltración de miembros superiores en niños es habitual pero menos frecuente que la de miembros inferiores. Generalmente perseguiremos facilitar el movimiento y aportar mayor funcionalidad.
  • Retrasar o prevenir la aparición de retracciones fijas, y de este modo retrasar o prevenir la cirugía correctora.
  • Prevenir, corregir o frenar deformidades: pie equino, escoliosis, luxación de caderas
  • Facilitar el aprendizaje de transferencias, el mantenimiento en bipedestación etc.
  • Facilitar la labor del cuidador: vestido, higiene, etc.
  • Aliviar el dolor
  • Mejorar la postura en silla/carro
  • Potenciar los objetivos desde fisioterapia o terapia ocupacional

Aunque en este post nos centramos en el abordaje de la espasticidad, cabe señalar el uso de la toxina botulínica con el objetivo de disminuir la salivación excesiva o sialorrea, bastante frecuente en niños con parálisis cerebral.

DOSIS, DURACIÓN Y CONDICIONES

¿Cuánta dosis de Toxina Botulínica se pone habitualmente?

En niños, las dosis de toxina que se emplean varían mucho, y se calculan en función de:

  • peso del niño
  • tamaño del músculo
  • lugar infiltrado
  • grado de espasticidad
  • efecto deseado
  • tipo/marca de toxina

¿A qué edad se suele empezar a emplear Toxina Botulínica? ¿Cuánto dura el efecto? ¿Cuándo se repite la infiltración?

La tendencia actual es iniciar las infiltraciones a edades más precoces, para prevenir el inicio de contracturas fijas e iniciar el correcto aprendizaje motor cuanto antes. En miembros inferiores se recomienda iniciar la aplicación en niños de 1-5 años. El miembro superior habitualmente se infiltra a partir de los 4 años.

Respecto al efecto: cada paciente es distinto, pero en líneas generales esperamos que se empiece a notar a las 24-48h de la infiltración. Alcanza su pico máximo a las 3-5 semanas, y suele durar entre 3-6 meses. Podemos volver a repetir la infiltración a los 3 meses, aunque normalmente se hace a los 4-6 meses.

¿Qué condiciones generales se recomiendan?

Para maximizar la efectividad del tratamiento se necesita que:

  • La contractura sea dinámica, es decir, que no se trate de una deformidad rígida completamente
  • El efecto nocivo de la espasticidad sea focal. El tratamiento con TB está reducido a un grupo de músculos localizados. La espasticidad global se debe tratar con fármacos orales o intratecales (además de la terapia física y/o ortesis). La aplicación local de TB se puede combinar con el tratamiento farmacológico.
  • El tratamiento se acompañe de un programa rehabilitador simultáneo, basado en fisioterapia, terapia ocupacional, ortesis… El ejercicio dirigido aumentará la fuerza y el control de los músculos infiltrados.
  • La administración se lleve a cabo por parte de un profesional médico con experiencia en el manejo de TB y un conocimiento adecuado de este tipo de pacientes.

EFECTOS ADVERSOS DE LA TOXINA BOTULÍNICA

El tratamiento local con Toxina Botulínica se considera bien tolerado y seguro; sus efectos secundarios son leves, raros y transitorios.

Puede aparecer dolor durante la infiltración, hematoma, infección local, síntomas de malestar general y debilidad los días posteriores. Se han descrito alteraciones del sistema nervioso autónomo (incontinencia, estreñimiento) y episodios de aspiración, en pacientes gravemente afectados. Como todos los medicamentos, puede provocar reacciones alérgicas.

Por otra parte, existe un grupo de pacientes que experimentan efectos no deseados, aunque no sean reacciones adversas propiamente dichas:

  • No respuesta o escasa respuesta a la TB.
  • Respuesta positiva pero de muy corta duración
  • Respuesta positiva sin la repercusión funcional esperada

En definitiva, la toxina botulínica es una herramienta segura y eficaz para el abordaje de la espasticidad en niños con lesión neurológica. Los objetivos dependerán de la situación global del paciente. Tras la valoración y administración por parte de un médico especializado, es fundamental un abordaje fisoterápico, ocupacional y ortésico personalizado.

Si quieres más información sobre la toxina botulínica, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.

REFERENCIAS:

– Espinosa J, Arroyo MO, Martín P, Ruiz D, Moreno JA. Guía esencial de Rehabilitación Infantil. Ed. Panamericana. 2010
– Wang YJ, Gao BQ. Efficacy and safety of serial Injections of botulinum toxin in children with spastic cerebral palsy. World Journal of Pediatrics. 2013
– Garcia A. Aplicación de la toxina botulínica tipo A en la parálisis cerebral espástica. Bol. S. Vas-Nav Pediatr. 2004

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